30.6.07

El amanecer de una nueva aventura...y una justificación del nomadismo..


Seguramente estarán enterados de mis planes alocados para este proximo mes de Julio . Más de uno se habrá dado cuenta que una cosa de estas iba a hacer en un corto plazo. No va a ser el primer viaje que haga solo, lejos y con cierta incertidumbre. Pero para mí un mundo de certezas inapelables es un oximoron (contradicción absoluta entre los terminos), ya que somo seres finitos y por lo tanto ni podemos pensar un acercamiento hacia una verdad objetiva y sin discusiones( si es que la hay). Seguramente este pensamiento podrá parecer posmoderno para algunos, pero allá con ellos. El tema es que este viaje no lo voy a hacer solamente por ocio, seguramente momentos de mujeres y vino habrá pero no voy a eso especificamente, sino que va más alla del hedonismo que se suele experimentar en ese tipo de aventuras y salidas largas. Como ya dije, no viajo por que ahora se me ha dado, por un capricho efímero o "para ver que pasa". Desde pequeño sentí curiosidad por la Geografía, por la Historia Universal, por otros "mundos" como dirian los antropologos. Devoré libros sobre otras culturas, viajes, navegé por internet empapándome de anécdotas de viajeros desparramados por lo ancho del globo. Pero ahora es un momento de mi vida en el que los libros, el lenguaje escrito o hablado referente hacia ese objeto tan preciado para mí, pasan a un plano secundario. Tengo la certeza ( una de las pocas que tengo) de que viajar para mí no es solamente un placer, sino una necesidad. Con tan solo pensar en la idea de vagar por el mundo se me estremece el espiritu. Este viaje por Sudamérica pasaría a ser un ritual iniciático, al estilo de una sociedad secreta, para espirítus curiosos, inquietos, soñadores, individualistas, anárquicos, libertarios, como yo, con ansias de sentirse libres y realizados. Por lo tanto, dejo atrás todas mis metas culturales hegemónicas, y salgo en busca de mi meta, la más personal e individual meta que todo individuo posee aunque la mayoría aborte sus esperanzas sin siquiera pensar en la posibilidad de salir a concretarlas.

Un hecho transcendental de mi vida que ha acontecido durante el año pasado ha sido el viaje al Noroeste argentino. Tomé la decisión un martes a la noche mirando televisión y el viernes estaba partiendo en tren hacia Tucumán. No fue un viaje mochilero por excelencia, hice la mayor parte del viaje solo y de yapa era el primero que hacía en soledad.
Tal vez para otros este viaje sea uno más de tantos que se hacen, pero para mí ha significado un quiebre en mi concepción de la vida. Siento que he contraido una "enfermedad", el nomadismo. Una de las caracteristicas de la sociedad occidental es que es sedentaria, que en condiciones normales el nomadismo consiste en viajar hacia un lugar alejado pero después volver, o quedarse quieto en el nuevo habitat. La supervivencia de esta sociedad occidental , por ende, del capitalismo, depende de su carácter sedentario. De ahí que los trotamundos, "raza" a la cual yo todavía no pertenezco, sean considerados desajustados de la sociedad, como crítica más leve a su condición de vida. Pero los "locos" son los que crean nuevas vivencias, nuevas interpretaciones, nuevas morales y nuevos planteos. La locura de los trotamundos consiste en desligarse de su mundo original y vivir nuevas vivencias, compartir interpretaciones y nuevas morales y plantearse cosas que antes de partir no se las hubiese planteado. Arriesgados viajeros siempre hay, así como ideas que atrofian la mente humana, bloquean su potencial creativo y nos sumergen en la mas absoluta oscuridad intelectual.

Por lo tanto, no voy a ser ni el primero ni el último en hacer algo remotamente parecido a lo que hicieron grandes viajeros de la Historia de la Humanidad, pero en algún momento y lugar se debe empezar. Viajar es un reto a la identidad de uno mismo, uno va tomando contacto con diferentes personas y lugares que lo van cambiando, que van eliminando elementos de la personalidad y despues le abren la cancha a un potencial que uno tiene oculto pero que las experiencias de la vida lo han ido sofocando.

Se acabó el momento de las palabras, de los planteos y de los reproches...ahora es tiempo de arrojarse al mar y terminar donde sea...